miércoles, 23 de mayo de 2007

UNA LAGRIMA EN TU SONRISA (Prefacio)

(Este pequeño escrito da la bienvenida al lector de esta novela que escribi. No es muy larga, solo atine a escribir algo ligero, algo corto para el deleite de aquellos que les gusta leer algo para entretenerse. Esta novela vale mucho para mi)

Sueños

Sus ojos se abrieron y cerraron al darse cuenta que ya era de día, parecía que todo había sido un sueño, vio la habitación y creyó estar en casa, en la sala dormido en el sofá mirando hacia el techo, al voltear hacia la derecha sintió asombro, era Miranda que aun dormía respirando lentamente y aun impregnado el aroma de su perfume, el maquillaje puesto parecía deslizarse y mas daba la impresión que minutos u horas antes había llorado ¿Todo fue un sueño? Pensó Arístides; antes de suspirar para mostrar estar aliviado volteo a la izquierda, el lugar era diferente, no era su casa, no era su distrito ni nada parecido, al ver enfrente en el sillón mas grande vio a Estéfano aun con su corbata puesta y mal anudada mostrando signos de cansancio y de ebriedad por la forma como tenia peinado el cabello.
Arístides suspiro, espero un momento antes de recapacitar ¿qué creí soñar? Dijo en voz baja; se refregó los ojos y vio el reloj, eran las nueve y media de la mañana, se levanto y fue al baño, sabia donde estaba este, abrió el caño y el agua que caía no era necesariamente del caño, Arístides estaba llorando.
Se sentó en el suelo hasta que darse cuenta donde estaba y porque, por que Miranda dormía y mostraba signos de llanto, no era de tristeza ni porque algo malo había pasado, sabia todo de ella, no por algo era su mejor amiga, su confidente, casi una hermana y el amor de su vida. Sabia porque Estéfano estaba ahí dormido, porque era el enamorado de Miranda y donde ella iba, él debía de estar ahí.
Arístides sabia porque estaba ahí, porque ahora al acercarse al baño empezó a llorar y ahora estaba en el suelo recordando, estaba ahí porque el día anterior fue el único invitado y testigo del matrimonio de ambos. Arístides miro al espejo y se vio, con su mirada recorría a través del espejo el trayecto de sus lagrimas, suspiro y sus ojos se cerraban lentamente.

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