miércoles, 13 de abril de 2011

Cuestión de suerte

Hace unos minutos coloqué dentro de una ánfora unos cupones para el sorteo de un auto, el cual lo regalaba un diario muy populoso de nuestra ciudad, antes de poder colocarlos aprecié detenidamente el nombre de mi madre en siete de los nueve que habían.En los otros dos que al inicio estaban vacíos tuve que colocar mi nombre, mi apellido, mi dirección, número telefónico, distrito, provincia y departamento.

Era extraño ver mi nombre colocado en un papel periódico que daba la oportunidad de hacerse dueño de un auto, y claro, si es uno de los millones y millones de cupones de millones y millones de personas que desean también (al igual que mi madre) poder tener un auto en una ciudad sobrepoblada de autos particulares, de transporte urbano (tanto viejos como nuevos), colectivos, patrulleros, carretillas, bicicletas, motocicletas, mototaxis, y un transporte llamado Metropolitano.
El punto es que al ver el cupón caer al fondo del ánfora para el sorteo de quincena de abril me hizo recordar las interminables veces que también participé en sorteos. Muchas oportunidades en las cuales me encomendaba a los santos para participar y lograr al menos un pequeño premio que me alegre la vida, situación difícil, pero bueno…

En mi niñez era tradición familiar colocar el nombre de todos los integrantes de la casa en los entonces empaques o envolturas de productos que auspiciaban un sorteo, tal es el caso de una leche de nombre divino, mamá era la encargada de colocar el nombre de todos, la dirección y el teléfono, para ese entonces no era necesario la edad, igual los niños podían participar, y así mi madre o mi padre iban a dejar aquellos papelitos en las ánforas ubicadas a las afueras de los entonces centros comerciales, esperábamos con ansias o ganarnos un departamento, un auto, una olla arrocera, un cuchillo eléctrico, una licuadora, plancha o quizás leche o fideos para todo el año… deseos que se esfumaban cuando llegando el día ninguno de los nombres de los integrantes de la familia se encontraban en la larga lista de ganadores.


Otro de los momentos que se me vino a la cabeza fue cuando participé en un sorteo organizado por un canal de televisión, tras presentar un documental hecho por un hombre de barba prominente invitaron a los niños (en ese entonces yo lo era) a participar en un sorteo, colocar dentro de un sobre dos chapas de gaseosa un sobre con nombre, dirección y teléfono y como detalle primordial enviar un dibujo referente al documental. Me veo aún en la mesa de mi casa dibujando en un cartón tamaño A4 un dibujo donde habían dos pingüinos en un témpano de hielo y un cielo azulceleste sobre un mar infinito. Recuerdo que fui a dejar con mi hermano mayor aquel sobre al canal de televisión, con mis deseos de verme viajando a la Tierra del Fuego en Argentina y conociendo otra parte de este mundo… sin embargo, nunca ocurrió.


Ahora que recuerdo, hubo un programa especial que mostraba a los niños que ganaron en su paseo y disfrutando aquel destino del sur, me daba lástima no tener la suerte que tuvieron ellos. En fin, fueron muchos sorteos y muchas veces que no gané, o no salí elegido, pero no puedo decir que fuera algo arreglado, es cuestión de suerte lograrlo, claro que muchas veces suspiro las veces que se realiza un sorteo y me imagino el día cuando digan mi nombre y me gane al menos un paquete de galletas. Claro que son cosas que se dan, y si que si, la suerte nos acompaña cuando está desocupada… y me consta.


PD.-
1.- Estando en primaria y cercano el día de la madre se organizó el sorteo de una canasta hecha por los alumnos trayendo cada uno algún producto o vívere. Sorpresa al mía cuando en pleno sorteo organizado por la profesora dijo mi nombre, reaccioné con el bullicio de mis amigos quienes me felicitaban y quienes me decían que llame a casa para que mamá recoja el premio, y así lo hizo, le di ese regalo por su día (aún recuerdo que la canasta tenía incluso un vino)

2.- Una vez participé en un Bingo organizado por un supermercado, tenía 17 años y solo llevaba conmigo mi boleta militar, sorpresa la mía cuando presentaron los mismo números que estuvieron en una fila de la cartilla que llevaba, Oh sorpresa, había ganado una canasta de víveres, a pesar que era menor de edad me permitieron llamar a un adulto, afortunadamente llegó y pudimos llevarnos la canasta a casa.


Les dije… me consta.

lunes, 11 de abril de 2011

¿Se jodió el Perú Zavalita? - Encuentro ficticio con quien se hizo la pregunta del momento

Camino por Lima, nunca había visto un perfil tan bajo en la gente, todos mirando resignados los diarios en el quiosco de periódicos de la esquina, me detengo y contemplo junto con ellos las últimas noticias publicadas. Un anciano observa casi cerrando los ojos algunos titulares, “Carajo, el Perú está jodido”, manifiesta el pobre hombre que suspira y busca otro titular, Vuelvo a casa y me dirijo a mi cuarto, me siento y saco de mi estante el libro “Conversación en la Catedral”, abro la primera página y cierra los ojos, una centella se aprecia en mi oscuridad particular y de repente ya estoy en la Avenida Colmena.



Los autos y los canillitas recorren la zona, los autobuses colmados de gente, un hombre intenta subir a un bus lleno y antes de ver si lo logra volteo la mirada, busco entre todos, ahí está, es él.

Camino y lo veo con las manos en el bolsillo:


- ¿Santiago Zavala? – pregunto - ¿Sí? – responde el joven

- Creo tener una respuesta a la pregunta que acabas de hacerte Zavala me observa extrañado, retrocede unos pasos…

- ¿Tú qué?

- Acabas de preguntarte en qué momento se jodió el Perú ¿Verdad?

Él retrocede otros pasos y parece querer escapar…

- Debo irme…

- ¡Espera!, mira, no quiero molestarte, la sorpresa mayor la tendrás más tarde, créeme – manifiesto

- ¿Qué dices?

- No, no, mira, la historia continua pero necesito que me digas si puede ser la respuesta a tu pregunta

- ¿Qué qué? – duda Santiago

- Mira, imagínate que el Perú está en elecciones, que van a una segunda vuelta dos candidatos, una es una muchacha de 35 años, madre de familia e hija de un dictador, que es señalada como el continuismo de su padre, un hombre que fue uno de los más corruptos en la historia del país…

- ¿Cómo quién? ¿Como el presidente actual?

- No, digamos que este exageró un poquito más

- De acuerdo…

- El padre de esta muchacha es acusado por violar los derechos humanos y…

- Suficiente, ese hombre está enfermo, si la hija continua con ello entonces está demás… sería peor que ese hombre esté libre – me silencia Santiago

- Ehh bueno, no lo está

- Entonces quizás lo libere si llega a ser presidenta

- Bueno, ese es un candidato, falta el otro

- Se pone interesante

Santiago cruza los brazos y cambia de posición en sus piernas, un auto pasa y el bullicio hace que espere un instante para hablar:

- Continua – dice Santiago

- Bueno, el otro es un ex militar que es respetado por la gente del ande, sigue un modelo nacionalista

- ¿Nacionalista?

- Es medio izquierdista

- Caray, eso me gusta, yo fui izquierdista en un momento

- Bueno, el hombre también es acusado de violación de derechos humanos y...

- ¡Otro loco!

- A ello se agrega que tiene simpatía con un dictador sudamericano, un loco que…

- No, no, dictadores ni por acá... si a Odría lo aguanté a otro no podría soportarlo

- Ese es el problema, ¿Crees que en caso estos dos candidatos sean un motivo para el Perú esté jodido?


Zavalita piensa

- Mira, aquí depende mucho de la gente que vote por quien sea

- Claro

- En efecto, te aseguro que aquí hay una especie de miedo, pero algo debió ocasionar que ocurra ello, o la gente se hartó de otros políticos o eran las opciones más rescatables

- Omite lo último

- Entonces el problema es de los políticos

- Pienso igual que tú

- Es que realmente me extrañaría que en el país la gente tenga que escoger entre una hija de dictador y un amigo de dictador, cada quien puede generar peligro, es como elegir entre dos enfermedades terminales

- Y sí, creo que tu diferenciación es correcta

- Pero te digo algo respondiendo a tu pregunta

- Dime

- El Perú no está jodido si eso ocurre

Me extraño:

- El Perú se jodería cuando la gente comience a tener temor de estos dos, si la gente comienza imaginarse cosas sobre ambos se pondría peor

- ¿Así?

- Pero por supuesto, el Perú se jode cuando su gente se cree jodida, la vida continua a pesar de todo, uno tiene que buscar salir adelante a pesar de las trabas

- ¿Osea que le damos la oportunidad a uno de ellos de todas maneras?

- Mas que todo, no es elegir por elegir y al diablo, es darnos cuenta qué tan mal anda la política para tener que elegir a ambos personajes… de todas maneras, si son peruanos y se ven como meta gobernar, pues tienen la oportunidad, si la gente lo quiso así es por algo

- En efecto, gracias Santiago

- Oye voy a comer algo por aquí si quieres seguir hablando

- No descuida, tienes que verte con …

- ¿Con quién?

- No nada, supongo que te encontrarás con alguien, gracias

- Un gusto

- Nos vemos

Santiago cruza y va camino a plaza San Martín un claxon suena fuerte y volvemos al cuarto, cierro el libro, miro hacia la ventana y suspiro, ahora a preguntarle a la gente.