miércoles, 30 de abril de 2008

Trabajando con mamá

Mi mamá comenzó a trabajar cuando simplemente era un niño de más o menos 5 a 6 años, me preguntaba que hacia cada mañana al despertarse temprano y dirigirse en combi hacia el Cercado de Lima, fue extraño, pero cada vez que se iba anhelaba saber qué hacia. Incluso el primer día que se fue lloré ante la impotencia de poder seguirla, sobre todo porque llevaba una serie de pasteles, queques de vainilla, naranja y marmoleado. Llevaba baldes, repisas, vasos de cristal y diversidad de objetos dignos de un buen negocio.
Sucede que en la época que enfermé y tenían que llevarme diario al hospital temprano para un chequeo medico, mamá me llevaba para que el doctor Campos o el doctor Kalawua me revisen, aprovechando la salida y luego de que el tiempo paso, el colegio me esperaba para poder continuar mis estudios primarios. Luego de unas bolitas de camote y una revista de Disney mamá me hizo la pregunta importante:
- ¿Quieres ir a mi trabajo?
Yo en mi gloria asentía y con una combi directa nos dirigíamos para allá. Desde esos tiempos conocía esa Lima moderna, con combis, micros, policías, carretillas en las pistas y diversidad de sucesos que marcaban una huella en mi vista y en mi mente.
Fue así que conocí el Mercado 1ero de Mayo, entre el cruce de la avenida Alejandro Bertello y la calle Santa Teodosia.. Donde mi mamá laboraba en un puesto de jugos, algo pequeño pero donde los consumidores se acercaban para poder saciar su sed y hambre ingiriendo jugo de papaya, especial, surtido, extractos y panes con pollo, con hamburguesa y tortas de chocolate, de fresa y pye de manzana y limón.
Al estar ahí me sentía en el paraíso, y cada media hora pedía a mi madre algo para saciar esas ganas de querer comerme lo que haya en las vitrinas. Sucede que el tiempo pasa y mi hambre aun no pasa, y cada vez que voy al menos le quito de ganancia algo de 10 soles por visita.
Su trabajo de mamá a diferencia del de mi padre, tenia como vecinos a otros jugueros, verduleros y fruteros, además, poseía esa admiración de los demás, sobre todo por su comportamiento, respeto y los valores que en todo momento inculcaba.
Se hizo tantos amigos, tantos compañeros que la respetaban como era, por ejemplo la señora Candy y su esposo don Pío de los abarrotes, Maribel y la señora Paulita del puesto de comida preparada, la señora Rica y don Erasmo de las Frutas, la señora Juanita de Carnes y Pollo, entre otros que saltan a mi memoria en este instante.

Esto paso hace tiempo, y sigue en los años que van pasando. Mi madre trabaja diariamente y me daba cuenta que podía con eso solventar mis gastos académicos y ahora universitarios. En señal de agradecimiento y aprovechando que no tenia una ayudante acepte trabajar junto a ella.
Cada sábado y domingo, dejando de lado mis partidos de fútbol familiar, así como mis días de lavado de ropa sabatinos y crianza de Dariel por las tardes dominicales comencé mi labor. Lavando los vasos que comensales usan, repartiendo los panes don pollo y hamburguesa que preparaba con mis propias manos, repartiendo los alfajores y queques que cortaba para el cliente siguiente o repartiendo los jugos para los trabajadores del mercado que pedían sus gustos y desayunos.
Es emocionante porque en este trabajo de mi mamá pude conocer mas de esos ambientes ,las jergas que se usan y las emociones que se viven en todo instante, sobre todo en las mañanas cuando la gente llega para realizar las compras para el almuerzo y cena y se dan el gusto de comer al menos un pye de fresa.

Cuando el reloj marca las ocho y media mamá me manda a comprar el pan por preparar, caliento el pollo deshilachado, frío las papas y luego empiezo a limpiar el mostrador para que todo resulte genial durante el día.
La llegada de los clientes preferenciales, diversas personas que tratan con respeto a mamá y que en todo instante le conversan de la familia y mi mamá me presenta como su ultimo hijo, motivo pro el cual todos a los que les doy la mano sienten una emoción de conocerme, sobre todo preguntando que hago actualmente.
Mamá tiene la costumbre de llevar fotos y cosas que atestigüen nuestro largo caminar con dirección al profesionalismo. Por ejemplo, mamá llevo el diario donde por primera vez hice un artículo periodístico, o llevo la revista institucional del trabajo de mi hermana donde en una foto sale ella. Incluso llevaba las fotos mas maravillosas de Dariel, desde bebe hasta hoy que es todo un travieso.

Mamá es muy chambeadora, hace su trabajo lo mejor posible y provoca la admiración no solo mía, sino de mis hermanos y de todos aquellos que conocen de ella. Es única y a pesar que todo lo hace con el fin de hacer de mi y de mi hermana unos profesionales, no puedo dejar de pensar que es grande su emoción al acercarme y mostrarle mis pocos logros, siempre soltando una lagrima o una sonrisa. Siempre ahí con mamá, ayudándola cuando lo requiere y teniendo como pago sus deliciosos postres, jugos y un sueldo mínimo de 15 soles por día de ayuda que intento no aceptar, pero de tanta insistencia los acepto ya que me sirven para aquello que no quisiera pedirle para gastar.
Mamá es única y a sinceridad total, es una de las tantas mujeres que existe en este mundo y que este segundo domingo de Mayo se les brinda un día especial, aunque debería ese día repetirse la cantidad de veces que existe un número en el calendario.
Mamá a esta hora esta entre el trafico de Lima, con su pye de manzana con dirección al trabajo, pensando que tan bien le ira hoy, o que nuevas experiencias le toca vivir, pero sobre todo pensando que a kilómetros de donde esta su hijo se convierte en el escritor que no esperaba iba a convertirse.
Ahí nos vemos mami el sábado y domingo para continuar mi trabajo momentáneo pero con gusto teniéndote a mi lado.
Frase final:
Mamá ¿me traes torta de chocolate?

jueves, 24 de abril de 2008

No se qué

Comienzo este post afirmando que soy un reverendo cojudo.
Se preguntaran el por qué me auto molesto (no es novedad), es que la idea de ser el mejor y cosas así me carcome cada día al extremo.
Yo sé que no soy un Carlos Bernstein ni un Kapusinsky, tampoco un Mirko Lauerr ni un Pedro Salinas, pero mi intento de desplayar al máximo de mí para llegar a serlo es algo común. Mi labor como practicante de periodismo no deja de ser ese bendito instrumento para conocer y conocerme a mi mismo.
Dado lo acontecido con la nota de Jaime de Althaus (la que me quitaron del diario), comprende que esas oportunidades de hacerte de a pocos uno de los buenos redactores eran tirados al tacho de basura de la oficina de una universidad.
Me jode la idea que muchos creen que soy un envidioso, un energumenito que quiere hacer lo que quiere, me caga la idea que otros piensan que me creo el mejor o que quiero ser el mejor y soy el “don perfecto” o que simplemente vean en mi al muchachito que quiere hacer todo, o por ultimo, que soy un jodido picón que raja de todo lo que puede cuando se ve ahogado con la idea que en el rincón mas remoto de una pagina escribe dos líneas de nota.
Eso me jode, que creen que soy así y que me comporto como tal.
Pero ha llegado la hora de ser otro y decir las cosas como son.

Yo no soy periodista, pero pienso que este mundo en donde vivo quiere que lo sea, quiere que me cobije entre crónicas y reportajes, así como informaciones que servirán para recordar cada día más.
Estoy orgulloso de mi mismo cada vez que me veo frente a una computadora realizando una redacción, desgravando alguna entrevista, y no deja de sobrevolarme en la cabeza la idea que “Hago las cosas bien”.
Pero si hay un problema que lastimosamente he descubierto. Esa idea que porque escribes poco te sientes arrinconado, te sientes el llena pagina, el muchacho con redacción tamaño anuncio de radio. Pero no pienso en ello.
Si hay alguna verdad que quiero decir en este momento, seria que soy un periodista que quiere recargarse de penas y desdichas porque no se le da la oportunidad de desplayarse al máximo y lo que puede.
Lo ocurrido con la nota de De Althaus aquella vez me demostró que este es el verdadero mundo de la prensa, pero me jodió mucho que así sufriríamos también en un futuro no muy lejano, que iríamos con una nota y que un editor la leyera y repentinamente frente a nosotros la rasgue en mil pedazos y nos la mande a redactar de nuevo.
Me duele en verdad, y no puedo creer que así viva la prensa.
Además de eso de darme espacios pequeños son simplemente puras coincidencias, aunque me fastidia la idea que notas algo extrañas sean tan largas mientras que algo importante quede en segundo plano, la aparición de esta idea me carcome, me fastidia y no dejo de expresarla ente los demás. Pero este es el instrumento que destruye todo.
Como lo dije líneas arriba es el motivo por el que crean que soy un picón, envidioso, un todo, tal vez crean que quiero hacerme el mejor, el creído… pero señores… yo no soy así.
Nunca lo he sido, y que hablen los que me conocen, como lo dije en un anterior post, admiro mucho a aquellos que comparten conmigo estas oficinas. Ellos a quienes veo desplayarse lo mejor posible dentro de su espacio y que sufren con las omisiones de temas y oraciones que quieren.
Ahora escribo porque me siento algo mal, porque mañana darán los temas y empezaremos de nuevo, y nuevamente aparecerán las maquetas con los espacios a escribir u ocupar.
Lo dije anteriormente, no soy periodista. Pero quiero serlo de verdad y llegar a trasformarme en esa persona que dice las cosas que son, que quiere saber del mundo en el que vive, al final, todo me va a enseñar lo suficiente porque esto es parte de mi vida, y es parte de mi futuro como escritor.


P.S.- Sobre la nota de Jaime de Althaus, sean ustedes los que opinen, esta en este blog:
http://www.elnuevoheraldo.blogspot.com/ (comenten, es mi blog periodistico)

domingo, 20 de abril de 2008

"Tú y tus elefantadas"

Amiga, gracias por comprenderme, este post esta dedicado para ti... !Con cariño!


No recuerdo en que clase fue, pero me contaron sobre la historia de los elefantes, que son los únicos seres vivientes que poseen una memoria tan pero tan intacta que podrían ganarle fácilmente a las memorias de USB (chiste tonto pero que se hara…)
Me dijeron que los elefantes en algún momento de su vida deben morir (y quien no lo sabe), pues al morir ellos deben ir a un lugar llamado “cementerio de elefantes”, allí deben encontrar el punto exacto donde deben morir y así lo eligen, para ello deben ir con sus crías. Al morir, ellos toman su posta y así en medio de la congoja de la partida a la eternidad se quedan viviendo plenamente lo que les resta de vida.
Pasan los años, y las crías han crecido, ya han formado su familia y ahora son padre; ahora a ellos les toca morir, así que antes de irse para siempre llevan a sus crías al mismo “cementerio”, recorren el ambiente y entre los huesos y cráneos de los elefantes muertos la el elefante casi agonizante llega a un cráneo especifico, lo observa y de inmediato lo quiebra con su pata gigante para morir al instante. Para los que quieren saber mas, el cráneo que quebró era el de su padre muerto.
Me sorprendió en demasía dicha historia, y puedo decirles que es algo que desearía para toda la eternidad, pero bueno, creo que ya no es necesario desearlo, todo por culpa de Valerie.

Valerie es una chica de la universidad, no solo una chica, una amiga, bueno, no solo una amiga, una gran amiga....mas que amiga... es periodista (recuerdas eso de que no hay amigos periodistas, solamente amigos?) sucede que ella es una de esas chicas que dicen las cosas como son, que mantiene un comportamiento acorde al instante y que a veces por motivos que valen la pena da rienda suelta a sus momentos de locura pasajera (no frunzas el ceño Val).
Bueno, bueno, la cosa es que Valerie es una de las receptoras mas saltantes de mis historias y anécdotas tanto de la niñez como de la juventud cada vez que vamos caminando al paradero donde ella toma su auto (que es algo lejos de la universidad, porque ella quiere) conversamos de lo que sea, cualquier cosa, lo que sea, así sea política, espectáculos, televisión y sobre todo nuestro tema primordial, el periodismo.
Aunque creo que el tema en general para ambos es el momento de recordar situaciones vividas en nuestra niñez, anécdotas desde aquellas épocas donde las niñas se ponían esas medias con mallitas decoradas y tejidas con crochet y falditas color rosadito pastel, así como a los niños les ponían en sus pantalones cortos tirantes negros y corbatita michi para ir al cumpleaños de algún niño de la cuadra.
Pero ¿Qué tiene que ver el pasado con el elefante y Valerie?
Pues a Valerie les cuento momentos de mi pasado, que a pesar de tan solo tener 21 años parece que hubiese vivido en aquella época en que las canciones de Nino Bravo y Camilo Sesto estuviesen recién siendo pensadas por los propios compositores.
Es que empiezo a relatar cosa que Valerie me dice en ningún momento o muy vagamente haya visto u oído en su vida (ella casi tiene mi edad).
Recuerdo aquellos años cuando veía esa miniserie Tatán, o cuando iba a la panadería a comprar la crema volteada Milkito, cuando mi papá me llevaba a la tienda y me compraba mi Drinki Milky, cuando mi mamá nos compro a mi y a mi hermana una botella de dos litros de gaseosa Lulú para nuestro paseo con mi tía al Parque de las Leyendas, las veces que con mis hermanos jugábamos en el patio a la guerrita con sus muñecos pequeños de soldaditos, los comerciales de antaño cuando salía Oswaldo Cattone protagonizando comerciales de Hogar (que ya quebró hace años) la voz del informativo de la noche por RPP noticias con esa musiquita del “tintiririntintin... en todo el Perú las 9 de la noche 34 minutos” y esos anuncios de un muñequito en forma de foco por televisión que agarrando un foquito mas pequeño informaba que ElectroLima se encargaba de tu luz, o ese anuncio inolvidable de Radiomar cuando sonaba una música y el locutor mencionaba “Desde el corazón del pacífico, Radiomar, para todo el mundo... Claaaaaaroooo...”, etc.
Puedo contar tanto, momentos de mi vida, situaciones que recuerdo haber visto (y no es por exagerar) desde la panza de mi mama.
Pero bueno, todo viene a que no se si Valerie se aburre o se impresiona al respecto, me dice que no puede creer que yo recuerde tanto de aquellas épocas en las que simplemente ella recuerda tenerle miedo al reloj antiguo de la casa de su abuela mientras yo fácilmente podría escribir un libro sobre el pasado en el Perú.
La cosa aquí es que Vale me fastidia sobre este tema, diciéndome que tengo una memoria de elefante y que podría recordar tanta cosa se me atreva, no se que mas.
El jueves plan de las 6 y media estando en el paradero y hablando justo de lo mismo me dijo algo que me causo asombro y a la vez gracia, mientras le contaba sobre otro suceso me menciono la siguiente cita textual:
- “Cuando no tú y tus elefantadas”.
¿Elefantadas? Puede ser que ahora para una actividad pro fondos puedan estar realizando dicho acto, pero supe después a lo que se refirió, en el caso de mi memoria que fácilmente podría irme a morir en el mismo cuarto de hospital donde nací, incluso, ir a penar a los lugares donde mi madre paseaba teniendo tan solo un mes de embarazo de mi persona, pero reaccione percatándome que era cierto, soy uno de esos que simplemente podría ir a radio La Inolvidable, Oxigeno u otra mas y hablar sobre esa época..
Solo quiero concluir mencionando un gracias, a mis padres por hacerme con esta memoria a largo plazo, a mis hermanos Javier y Rafael, que gracias a su música y sus momentos pude recordar aquellos años cuando frente al televisor a perilla bailábamos las canciones de Magneto con todo y coreografía. A mi hermana Karina, que con sus juegos de muñecas recuerdo las recreaciones de las novelas de la época, incluso de como el galán se acercaba con engaños a la protagonista. A toda mi familia, que todo se generaliza en un solo recuerdo grato, cuando mi abuelita Juana me llevaba del brazo por el paradero de la casa de mi tía Elena, cuando Villa Maria del Triunfo era todo un arenal con cerros que fácilmente podrían ser un desierto.
Ah y gracias también a Valerie, que sin su atención, tal vez mis recuerdos se hayan extinguido lo más rápido posible, (aunque lo dudo)
Recuerdo final:
Bailando marinera en el jardín (o kindergarden) teniendo tan solo 3 años, el niño que debía bailar no había ido porque se enfermó, así que me pidieron hacerlo junto a una niña llamada Vanessa, que llevaba una falda larga y su cabello suelto, pañuelo blanco y una sonrisa tímida por mi presencia. Gracias a ese momento, creo que veo porque soy tan hincha de la música peruana.
Frase final:
“Recordar es volver a vivir” (verdad?)

miércoles, 16 de abril de 2008

Admiraciones (!!)

Supuestamente debería haber publicado otro post, pero hubo algo que lo dejo descartado.

No es que yo sea uno de esos seres que intentan hacer que el mundo le tenga clamor o simplemente un tipo al cual al leerlo le tengan pena. Pero en fin, hay cosas que cuando uno quiere expresarlas debe hacerlo, no porque le tengan pena, simplemente porque quiere liberar esa cólera que posee en su interior.
Bueno, el tema aquí es el siguiente, que a pesar de muchas cosas que me pasan puedo salvar otras, por ejemplo que hay gente que me admira, es algo que no me puedo creer, pero es verdad.

Redacción es el diario en donde realizo mis primeros pininos periodísticos, a pesar de ser un periódico de universidad he aprendido muchas cosas, no por la encargada ni los jefes del área, sino que aprendí en demasía gracias a aquellos muchachos con quienes comparto la idea de ser periodista.
Dentro del diario desde que ingrese me topé con muchachos que tienen una idea diferente a los que he visto anteriormente, son muchachos que a pesar de tener diferentes técnicas de narración, descripción y pensamiento poseen una característica esencial, la admiración.

Podré narrarles el caso de Martín, es un muchacho al cual conocí por accidente, lo digo así porque sin querer comenzamos a hablar y simplemente esa primera conversación fue por motivo de fastidiar a mi persona.
Aunque para mí, Martín es un ser de esos que deja guardados en un momento de soledad esa personalidad seria, potente y que al estar frente a una pantalla de computadora a rienda suelta a su narración y descripción detallada de sucesos y demás, como una especie de Joyce en fase de Ulises usando algunas palabras difíciles de comprender y demuestra ante todo ser algo más de lo que uno espera.
Martín siempre me fastidia, mostrándome esa mirada de pervertido y estando a punto de remojar sus labios para expresar una frase hacia mi, la que sea, siempre obscenas o referentes a mi soledad. Sobre todo, Martín es algo mas (a parte de co editor del diario), es un ser que guarda lo mejor de si para los momentos que lo requiere, una persona que cuando quiere ser gracioso lo es, y cuando no lo quiere ser prefiere estar guardado en su silencio.
Hace unos días Martín leyó mi blog, específicamente el post de “El problema de ser fantasma”, sucede que un día después apareció en su blog un post donde refería el siguiente titulo “Mi amigo el poeta fantasma”, donde relataba un poco de su vida como co editor y de un momento a otro agarro mi personaje para hacerlo parte de su rutina, demostró su admiración hacia mi e incluso respeto como si fuera un ser al cual no le brindan la oportunidad que quiere. Para no contar mucho les dejo su dirección de blog (se los recomiendo, es muy bueno
http://paranoiacultural.blogspot.com). Ah Martín, a veces quisiera también tener ese modo de desplayarte ante la información.

Existe un muchacho, delgado y muy centrado en sus cosas, casi parecido de carácter conmigo y posiblemente alguien a quien fácilmente todos le pueden caer a pesar de sus excentricidades. Se llama Telmo, es un muchacho de esos que muestra su personalidad a flote, que quiere que todo sea de acuerdo a lo que debe ser con las leyes de la vida y muchas cosas más. Sucede que la vez que conocí a Telmo me imagine que podría ser una gran amistad, incluso aun lo es, pero no pensé que llegaría a surgir un respeto por los dos.
Telmo leyó mi blog porque hice una pequeña publicidad con los muchachos, al leer unos de mis poemas se declaro oficialmente como un admirador, incluso espera con ansias que lo haga protagonista o parte de una novela (descuida Telmo, ya lo eres).

A pesar de ser muy rebelde y casi mostrando ese lado gore de la gente Gustavo me intenta demostrar que no puedo seguir siendo esa autoflagelación diaria de mi vida.
Gustavo es un chico mas que conocí en el diario, que era extravagante y siempre fiel a lo vulgar, a decir las cosas como son y sobre todo apoyando a personas que requieren de sus conocimientos de redactor.
Sucede que Gustavo me dijo una frase luego de contarle extractos de mi rutina, luego de haber renunciado al diario y lo demás, me dijo una frase que me dejo pensando casi todo el día hasta ahora:
- Eres un talento desperdiciado.
Lo dijo porque en el diario según todos escribo muy bien, que soy uno de los pocos redactores que comprende las cosas, que muestra al mundo de acuerdo al que se dibuja diariamente, incluso que soy uno de los pocos muchachos que respeta a los demás como debe ser.
También tiene un blog, así que les paso su dirección:
http://variasposiciones.blogspot.com

Brian es casi como mi otro yo, pero no tan parecido, poseemos casi los mismos gustos pero lo que nos diferencia es que algunas cosas le resultan, mientras que a mi no.
Es diagramador del diario pero guarda en su interior el escritor pasivo que en muchos se oculta para el momento menos pensado expresarse.
Brian me leyó una vez y se quedo prendado de mi blog, lo lee cuando puede y da los comentarios que requiero para seguir, fue uno de los primeros en darme ese apoyo existencial y quien siempre se da un tiempo para narrarme sus peripecias, así como las mías a él.
Otro muchacho más que quiere expresar lo mejor de si:
http://solounosminutos.blogspot.com

Existen tantas personas, que simplemente son parte de mi mente en todo instante y que se volvieron piezas claves para mi presente como practicante.
Como Vanesa, Oscar, Patty, Alejandro, Rosario, José Manuel... entre otros.
Gracias a ellos soy algo mas en este mundo, y cada vez que los veo me da una alegría porque saben quien soy, que quiero de este mundo y porque estoy sentado ahí en el diario observando una redacción, a veces me preguntan cosas y no me queda otra que responderles tal como pienso, para bien o para mal, pero ahí estoy, tal vez esperando su ayuda, o tal vez esperando que me digan mas cosas para seguir adelante.
A pesar de los problemas, las cóleras que me gano y mis achaques de desahuciado de la felicidad y muchas cosa mas, me percato que al menos estos muchachos valen mas que oro. Son ese elemento del mundo el cual quieres hallar para tu ayuda, y que mejor que ellos mismos, para mi y a filosofía general, ellos son como un libro de autoayuda, sus palabras y comportamientos son capítulos a los cuales repaso día a día.
Para terminar, solo mencionarles a ellos, que en verdad no seria nada sin ustedes.

Gracias.
P.S.- Un favor muy pequeño, quisiera que promocionen un poco mi blog, no porque quiero figurar, sino que quiero que otros lean para que me critiquen lo suficiente.

miércoles, 9 de abril de 2008

El problema de ser fantasma

Nota.-
Escribo poco, porque estoy en mi clase de periodismo de opinión y hay computadoras con Internet (sorry profe, este joven necesita actualizar su blog)


Yo solo quiero escribir ahora porque me doy cuenta que a veces me convierto en un fantasma, pero digo que a veces es así porque en mi caso familiar todos me pueden ver o sentir.
En cambio, cosas como que me ocurren en la universidad cuando quiero andar y recibir al menos una mirada respectiva de aquel que conozco.
Sucede que desde hace tiempo me di cuenta que en el colegio era un simple anónimo invisible que al momento de mirar a mis amigos ellos ni siquiera podrían mirarme. Problema inesperado porque se repitió casi miles de veces en todos los 11 años que lleve tanto en el colegio primaria como secundaria.
Recuerdo una clase de matemática cuando el profesor me llamo en la lista y alce mi brazo con el potente ¡presente!, sucede que con los minutos el profesor volvió a mencionar mi nombre diciendo, “Ah Urbano no ha venido” ¿Qué que?
Pero en el ámbito amical las cosas eran peores, al momento de elegirme para jugar un partido los equipos veían a los mejores, a los mas o menos, a los peores y siempre quedaba al fina como que era el ultimo numero impar en los juegos, no me quedaba otra que ir donde el profe y pedirle su pito y pintar hojas de mi cuaderno color rojo y amarillo para ser de arbitro (pendejo, pero era verdad).
Ahora que estoy en el estudio superior me doy cuenta aquello mismo ocurre, ahora con algunos compañeros, que se dan cuenta que ni siquiera estoy cuando estoy o que no me escuchan cuando hablo, a veces me pregunto si en verdad soy un pobre y triste fantasma jodido de este mundo que busca protagonismo ante un mundo físico.
Me jode las veces que saludo y no hay respuesta de alguno, cuando una pregunta queda al aire y no hay alguna respuesta afirmativa o positiva. También cuando pido algo y no me lo traen, o cuando pido un favor y no lo pueden realizar… oh que carajos… soy un bendito fantasma…. A veces.
Mañana es otro día, tal vez despierte y al llegar a la universidad seguiré como dicen penando, mirando de frente y solo haciéndome caso cuando digo incoherencia y media, o cuando hago una tontería que provoca el fastidio de los demás.
Ahora creo que se ha agregado una pregunta frecuente que en mi vida sonara cojuda, pero en fin:
- Mucho gusto soy Jorge y soy fantasma a veces
- ¿quieres ser amigo de una fantasma?
- Quiere ser enamorado de un fantasma? (lo menos probable)
Frase final y conclusión del tema:
“Si estuve, pero no me viste”

miércoles, 2 de abril de 2008

!Aqui estoy! y traigo novedades

Hola amigos lectores:

Lamento informarles que no pude ingresar a escribir por un motivo específico y muy fastidioso en mi caso:


¡SE MALOGRO LA BENDITA PANTALLA DE MI COMPUTADORA!

Se malogro la maldita y ahora no puedo ni siquiera leer algo interesante. Me duele en el alma pero es algo que no me queda más que hacer que solo esperar a que mi padre o mi hermana se dignen a arreglarla (o comprar alguna nueva).
Solo les puedo decir que las cosas en mi vida continúan igual.

  • Aun la amo
  • Sigo escribiendo cuentos y poemas
  • Me quitaron una nota periodística del diario donde escribí
  • Estoy escribiendo una novela
  • Un profesor me recomendó para una revista de turismo.

Etc, etc…
Bueno, por lo que veo nada de esto les asombra, ese no es problema, algunas cosas asombran y otras no, lo que si les puedo contar que lo de la novela va muy enserio, he avanzado demasiado y muchos me apoyan, sobre todo los personajes y las “pachotadas” que digo son momentos muy graciosos, incluido en combinación con sucesos de la Lima caótica y de anécdotas de la prensa nacional… ufff.. es mucho por contar pero fácilmente entrare en el ciclo de novelas periodísticas junto a Woodward, Bernstein, Bayly y Fuguet.
Aun veo que nada les sorprende, así que creo que es hora de mostrarles algo que si puede hacerles reír, asombrar, u otra cosa, y si no les asombra entonces no se que podrían hacer (fácilmente gastarse unos minutos en leer este post de desesperación)

¡QUIERO UN MONITOR!

Ahora le reclamare a papá llegando a casa (estoy escribiendo desde la computadora de la universidad)
Ya, basta de preámbulos, he aquí lo que asombrara (si es que lo conocen):


Yo.- Señor Vagas Llosa, solo quiero decirle que lo admiro bastante.. y bueno... yo..
Vargas Llosa.- Ah gracias, gracias...
Yo.- Bueno, si, solo quiero decirle que...
yo quiero ser escritor...
Vargas Llosa.- Que bueno, que bien...
Yo.- Y bueno... gracias... solo queria pedirle un consejo al respecto...
Vargas Llosa.- Trabaja, trabaja mucho en eso...