miércoles, 29 de octubre de 2008

Mi segundo hermano

Rafael es mi segundo hermano, según todos los que nos ven, el mas parecido a mi.
No tengo mucho que decir de él, simplemente agregar que a pesar de todo tuvo un desempeño resaltante como un hermano mayor, el mas cercano a mi persona, sobre todo por ser el rebelde de mi familia, que demostró que con esfuerzo podía conseguir muchas cosas.
Cuando era niño me hacia jugar con soldaditos de juguete y siempre era de su bando cuando jugábamos contra mis otros dos hermanos. Rafael tenia la manía de ser el muchacho centrado en sus cosas, que intentaba ocultar sus secretos lo mejor posible e incluso el que mostraba seriedad en todo momento.
Tal vez fue eso que lo impulso a querer seguir la carrera militar y postular a la Fuerza Aérea, lastimosamente y por un mínimo detalle no lo logro, pero no quedo ahí, no quiso renunciar y que mejor que siguiendo la carrera que le había llamado la atención desde hacia tiempo.
Postulo para estudiar Derecho y lo logro, recuerdo aun aquel día cuando llego, era sábado, mi abuelita Juana estaba en casa, mi mamá, mi tía Nelly y yo, estando en la sala se abrió la puerta y Rafael entro con los puños cerrados y agitando sus hombros ¡Ingrese! Gritó y todos sonreímos, cargo a mi abuelita y abrazo a mi madre y mi tía, corrió hacia mi y me cargo por la emoción… la mente se nubla y ya no recuerdo nada.

Rafael estudio las leyes, los códigos y todo lo referente, quería demostrar que era de los tantos que intentaban seguir la lucha para obtener algo mejor en su futuro.
Salvo aquellos problemas que no tienen cabida en este momento. Recuerdo también que trabajaba en Pizza Hutt en un tiempo, que cada noche llegaba plan de las 12 de la noche siempre cargando una pizza familiar o personal o pan al ajo para deleite de todos, yo siempre tenia las ganas de esperarlo a pesar de tener colegio al día siguiente, no importaba la hora, a pesar del sueño lo esperaba.
Tal vez fue el quien gesto mi idea de hacerme militar, de seguir ese mundo y del cual renuncie hasta el día que comencé a escribir letras.
Fue el de los hermanos que buscaban que nos defendamos, claro, practico karate y nunca olvidare aquellas mini clases que me daba para defenderme cuando me peleara en el colegio.

Mi hermano estuvo ahí cuando también lo necesitaba, cuando iba a practicar fútbol a un club deportivo y él era quien me acompañaba e incluso me acompaño a comprar mi uniforme, mis chimpunes y era el primero en estar al tanto de mi preparación, incluso comprarme un manual de fútbol.

Con el pasar del tiempo mi hermano cambio, se hizo mas entrado en su trabajo y a veces descuidaba alguno asuntos de mi familia, ello conllevo a surgir diversas discrepancias hasta su retiro de la casa para irse a mudar a otro lado. (En verdad, una situación que no tiene nada que ver en este post).

El día que mi hermano se fue de la casa fui a la iglesia, llore tanto que sentía que iba a desmayarme, pero no ocurrió, incluso ese día tenia clase en las noches, esa vez no atendí nada de lo que decía le profesor, me la pasaba escribiendo lo que decía en la pizarra y lloraba para deleite de aquel que volteara a verme.
Incluso de regreso a casa, en el auto lloraba y con cada paso que daba parecía que la tristeza me embargaba para quedarse a convivir conmigo.

A pesar de ello Rafael volvió, claro, solo de visita dejando una semana o cuando hay un cumpleaños, siempre con vino en la mano y tomando para al menos firmar el acuerdo familiar que tenemos.

No niego que en un momento llegue a odiarlo, pero me di cuenta que era un error total hacerlo, ahora que lo veo o pienso en él me doy cuenta que estamos propensos a ser iguales, sobre todo cuando nos decían que lo éramos, tal vez sufrí más por la semejanza, pero nada de eso.
Lo quiero mucho, es cierto, es ese hermano que aparece de un momento a otro y dibuja una sonrisa diminuta a todos, me alegra verlo sentado en nuestra mesa comiendo y a veces extendiéndome una cerveza para poder tomarla.
Hoy es su cumpleaños, y tal vez no la vuelva a pasar con nosotros, quien sabe, yo se que no tengo un regalo, pero si tengo solo que decirle que a pesar de todo lo pasado sigue siendo mi hermano, el abogado, el serio, el parecido a mi, el que quiero y que no quisiera nos abandone.

sábado, 18 de octubre de 2008

Discordancias

A pesar de no sé qué cosas ocurren dentro de este contexto me he dado cuenta que las situaciones cómo varían intempestivamente en las historias que pareces querer escribir.

En mi caso, dentro de este drama en donde soy el protagonista me he percatado que las cosas generan diversas consecuencias; cuando uno piensa que todos los problemas pueden arreglarse aparece el declive emocional y todo se va al diablo, cuando un diminuto problema disfrazado enormemente se hace evidente y genera esos tropiezos únicos que te hacen sentir un plebeyo.

Esos problemas que esperas no ocurran, cuando ya tienes señalado en tu vida hallar un remedio a esos malos recuerdos o emociones y de inmediato son evidentemente acaparadores de los mismos, producto no sé de qué.

Las cosas ocurren por algo es porque has generado que surjan tal y como lo estás viviendo, provocar en tu mente la idea de salvarte y que en vez de ser ayudado recibas los ataques potentes de la realidad como si fuera una de esas traiciones potentes que te atacan invisiblemente.

Si sienten que escribo sonseras (tonterías), pues si, lo acepto, lo hago porque en estos momentos que supuestamente debo estar bien siento que las cosas y los recuerdos hacen que mi piel se erice, no de frio, sino de ira.

A sinceridad, creo que cuando quieres hacer bien lo haces. Cuando quieres demostrar que eres bueno para algo lo demuestras, y cuando quieres ser bueno lo eres. Así es, y pienso que soy uno de esos seres que no quieren hallar pelea contra el destino, únicamente buscar las situaciones suficientes para realizar lo que deseo. Ahora, pues no se que pasara, y como nadie me entiende voy al grano.

He sido obligado a olvidar para no competir.

NOTA.-
Prometo escribir algo mejor la proxima semana, en este momento estoy intentando asimilar la idea de la cual escondidamente menciono en el post.

lunes, 6 de octubre de 2008

La tristeza de Javier

Mi hermano mayor está mal, no es gripe, ni una de esas enfermedades pasajeras que se dan por el bendito clima. Mi hermano esta mal, puesto que su columna a sufrido lo que llamo un pequeño desperfecto.
Luego de diez años de trabajo realizándolo a pie y a veces cargando peso han provocado que ese dolor se vuelva algo más, específicamente una hernia de la cual hay que operarse lo antes posible.

Javier sintió el dolor a las dos o tres semanas después de terminado el ciclo en la universidad, incluso fue algo que ni nos imaginábamos, todo producto de un mala pisada que generó todo lo que menciono en estas líneas, el dolor potente que no le dejaba caminar y que lo hizo retirarse momentáneamente de sus sustento, el trabajo.
Me dio pena cuando lo fui a ver a su casa, con ese dolor que lo mantenía en cama, pensativo y con la idea que volvería a caminar en unos días, que pasaría solamente y que todo seguiría igual, pero una semana, dos semanas acostado daban a entender que esto era peor de lo que nos imaginábamos.
Esa bendita hernia que no le permitió seguir la universidad y generaba en mi esa tristeza de no verlo las noches en que me yo me quedaba realizando trabajos o escribiendo en el periódico. Recordaba que estaba en casa descansando o adolorido aun, viendo televisión y escuchando radio mientras veía jugar a su hijo cerca de él mientras este le pedía salir a jugar.

Como dije, Javier dejo de trabajar, dejo la universidad y ese dolor continuaba a pesar de las visitas al hospital y al doctor, la cantidad de pastillas, frotaciones, incluso ampollas que no generaban algo de mejoría en su persona.
Una de las visitas al hospital generaron el diagnostico, una hernia discal que nadie esperaba, al menos de mi hermano, quien a aparte de todo tuvo que dejar una de sus pasiones, un programa de radio en la universidad.
No sabía que hacer, las veces que iba a verlo ahí en su cama sentado o echado y pocas veces tranquilo con un semblante que me traía temor por momentos y mucha preocupación.

Me hablo un día diciéndome que pasaría hasta octubre, que no iría a la procesión del Señor de los Milagros (donde es cargador de la 17 cuadrilla), le manifesté que eso no pasaría y que iríamos, incluso que lo acompañaría estando él cargando y yo colándome entre la gente con mi carnet de prensa. Ya legamos a octubre y él sigue manifestando ese dolor.

El sábado Javier me pidió que lo vaya a recoger a su casa, que quería ver la salida del Señor por televisión pero en nuestra casa, lo recogí y así fuimos a casa, llegamos de inmediato, fue extraño, lo deje solo frente al televisor viendo las imágenes en vivo y en directo desde la iglesia de las Nazarenas, con un mar humano aplaudiendo al Cristo que salía en andas de personas que Javier conocía.
Lo deje ahí, frente al televisor y yo detrás, observándolo, mi tía Nelly se le acerco y como quien viendo la televisión desciframos lo que estaba pasando, Javier veía la televisión llorando en silencio, las lágrimas le caían y no dejaba de culparse por el maldito mal que no le permitía estar ahí.
Recordé aquellos días cuando llegaba a la casa luego de la salida contándonos con incidencias lo que había visto, donde estuvo y que dijeron los hermanos. Ahora estaba ahí, en casa, sentado, con la hernia y llorando al no verse cerca “al viejo”, como lo llama cariñosamente.
Casi en la tarde, plan de las cinco, salí de la casa con dirección a la procesión, esta vez me fui solo, no como antes que iba con él y conversábamos, cuando nos encontrábamos con sus amigos y bromeábamos a pesar de todo. Ahora yo estaba solo, frente a una multitud y con la carga de lo visto en la mañana.

Estando frente al Señor rogué por mi hermano, lloré para que se mejorase y que sea bendecido, claro, muchos de ustedes creerán que hago un sacrilegio pidiéndole milagros a una imagen cubierta de oro y plata; déjenme decirles únicamente que esta es la religión católica, y no adoramos símbolos ni nada, únicamente es una representación, una imagen que representa la realidad, al Dios que nos ve del cielo y que podría cuidarnos así como no podría hacerlo, pero en fin, basta de clases de educación religiosa y demás, lo importante aquí es mi hermano mayor.

Javier tal vez este en su casa, observando la televisión, o escuchando la radio o viendo a Dariel jugar con su extensa colección de carros, mirando hacia el silencio o pensando cuando alguien le caerá de visita. O cuando nuevamente vendrá a la casa, pero no me preocupo, sin rezos y demás, estoy seguro que él se recuperara y volveremos a jugar como lo hacíamos antes, o mirando un partido como tantas veces gritando y cuando hay un gol saltando y abrazándonos hasta cargarnos uno al otro. Quien sabe, mañana o pasado cuando ya este recuperado iremos a tomarnos unas cervezas bien heladas, igual, él va a invitarme.

Fotos.-

(1) Javier durante su programa de radio en la Universidad. El inmortal PLAYBACK.

(2) Javier cargando la imagen del Señor de los Milagros (es el 3ro que aparece en la fila)
(3) Junto a sus amigos en plena procesión, junto a Lalo, Ismael y Giovanni (yo tome la foto)

Frase final.-

No creo que haya una ahorita, solamente decir que mi hermano es genial