lunes, 5 de enero de 2009

La guitarra

Hace mucho tiempo mi hermano Javier poseía un instrumento el cual al escucharlo podía sentir el bravear de las cuerdas y cada melodía expresada entre cada toque y rasgueo del mismo. Era una guitarra, la cual se caracterizaba por ser una especie de “pareja” en mi hermano.
La utilizaba sobre todo para las presentaciones que hacían los chicos integrantes del coro de la iglesia, donde también él junto a Rafael, mi segundo hermano pertenecían. Fue extravagante, pero a pesar de ello nunca tuve las ganas de coger aquel instrumento y al menos intentar sacar una nota, únicamente la utilizaba para mover aquellos tornillos para afinar las cuerdas como si fueran botones de una nave interplanetaria.

Los días pasaron y el cariño por la guitarra por parte de mi hermano siguió hasta una madrugada cuando unos personajes inescrupulosos ingresaron al techo de mi casa, se intentaron llevar el televisor, un pastel que mi mamá hizo y no sé que más, pero los gritos de la misma los detuvieron, tan solo llevándose aquel instrumento el cual mi hermano no dejaba de extrañar.

No tuvo guitarra hasta luego de unos años, cuando papá consiguió una un poco más simple, la cual también era tocada con cariño a pesar que mi hermano ya había abandonado el coro de la iglesia.
Quizás fue al momento de tener su hijo, pero en aquel entonces Javier dejo abandonada la guitarra dedicándose mi hermana Karina a esta y comenzar a tocar.
Recién por aquel entonces intente buscar un cariño por aquel elemento musical, comencé con dos acordes y termine tocando zampoña (único instrumento en el cual me desenvuelvo mejor).
Paso el tiempo y aquella guitarra ultima iba cayendo en la vejez, unas rajaduras se mostraron y unos golpes de mas terminaron por dejarla media moribunda, para ello quería intentar nuevamente a saber más sobre este estilo, así comencé a tocar, no mucho, pero iba con el fin de aprender.

Mi hermana compró una guitarra, bonita y alguito pesada, pero con unas cuerdas fáciles de tocar, lo cual empecé a cogerle un cariño especial, tanto que cada día intento buscar el mejor modo de poder interpretar una canción. Es curioso, puesto que mi cariño por el rock en español hizo que intente tocar música de este género, incluso probar suerte un poco con el pop ultimo que han sacado las radios locales o las ya del recuerdo.
Quisiera tocar más, y más, aprender aquellos acordes difíciles los famosos punteos, y creo que lo estoy logrando, solo es cuestión de tiempo, quizá la idea de dejar de escribir ronde mi cabeza y pronto me vean en un escenario mismo Gianmarco. ¿Sería bueno?... quien sabe.


2 comentarios:

hpereyraf dijo...

Yo en lo personal soy la persona mas negada para los instrumentos musicales, algún vez intente tocar flauta pero creo q no estaba en mi sangre ... lo de la guitarra me parece mas bohemio, de poder elegir creo q me gustaría tocar piano o violín así algo con presencia escénica jejeje

Anónimo dijo...

ala, la primera vez m corte un dedo (se peló) y de ahí me empezó a salir cayos (yo no usaba uñas)... oye, ya tngo 4 nuevos post... checalos http://solomael.blogspot.com/