jueves, 24 de mayo de 2007

Cuento "REMATE"

Estar cansado de escribir la misma palabra en los lugares donde me piden profesión me provoca no seguir haciendo lo mismos que estaba decidido a ser cuando era estudiante, aun me veo frente al teléfono esperando una llamada, frente a mi puerta esperando una carta o comprando los periódicos y revistas literarias que únicamente venden en zonas un poco alejadas de donde vivo.
Estoy cansado de decir Jesús Revero Guzmán escritor cada vez que me presento, estoy cansado de tener la misma idea de siempre, todo ello desde la maldita critica que la pase como si fuera parte del viento, estoy cansado de ser escritor.
Mirar al entrar a un supermercado mi novela que me costo tantos años escribirla, publicarla, presentarla y promocionarla en una zona que diga REMATE y tenga los números 8.90 y el símbolo S/. En una estrella.

Aun me recuerdo a mi mismo frente a la computadora y repasando mis apuntes antes de empezar a escribir tal historia que para mi valía oro, esa historia que me costo escribir tantas madrugadas y días e inclusive un día no fui a trabajar por completar el capitulo 21 que era el mas importante de las paginas que eran impregnadas con tinta en una de las editoriales no tan prestigiosas de la gran ciudad. Me hoy por momentos mientras recuerdo ese momento leyendo el contrato de la editorial “La cantidad de 60% se le atribuirá en las ventas obtenidas mientras que la editorial obtendrá una cantidad de 40% por el trabajo realizado”, estampar mi firma y darme la mano con el editor, brindar con un vino semi seco y a parte seguir mi celebración en casa con mis padres mientras me abrazaban dándome las felicitaciones por cumplir uno de mis sueños, por fin el mundo sabría mi destino como escritor y las historias que deseaba contar, y que mejor que comenzando con mi vida juvenil, recordando mi vida cuando tuve mi primer beso y además los amigos que tuve y se emocionaron al ver sus nombres en la historia, unas cervezas, cigarros y unas cuantas mujeres que paran en las esquinas para celebrar, yo por mi parte alejándome un poco de ese movimiento. Ahora me veo aquí sentado en mi cama recordando esa palabra maldita REMATE que se acerca más y más y me hace pensar, ¿nadie lo quiso comprar? ¿Fue un error mío escribirlo? ¿nadie lo compro? ¿la historia es mala? ¿mis padres no lo compraron? ¿mi hermano no lo compro? ¿nadie a pesar de ver sus nombres lo compro? Ahora veo porque aun nadie en la calle se me acerca a pedirme un autógrafo.

Hoy también fui a esa tienda, empecé a caminar por una de las zonas de los libros y volví a leer la palabra REMATE en un estante y ver mi libro en medio de los demás autores desconocidos y unos títulos que mas eran de autoayuda que de literatura, me doy cuenta la pasta con esa portada que la primera vez que vi me emocionó; ver la foto de un grupo de muchachos en la playa y leer en letras azules ubicadas en la parte superior derecha la palabra CERCA y mi nombre abajo en letras cursivas.
Darme cuenta que ahora esta como tocado por tantas manos desinteresadas que por matar el tiempo han leído las primeras líneas y por querer sacaron el forro plástico que lo cubría del polvo y de las manos sucias que deseaban leer la contratapa, me siento mal recordando y viendo ahí el resumen en letras pequeñas de tamaño 12:

La pubertad es el camino a saber lo cierto: Fernando Ferrer joven muchacho se da cuenta que su vida esta cambiando y que su destino como sacerdote se va alejando, y lo siente mas cuando besa por primera vez a una chica en un juego. Su destino toma unos rumbos diferentes en cada paso que bla, bla, bla...

Mierda pienso ahora, mientras veo el libro en mano y viendo mi foto en el interior, ahí mientras me veo con la mano en el mentón alucinándome un Cesar Vallejo del nuevo milenio.

Ahora aquí terminando de escribir este pequeño papel que me aspira confianza, la única que esta frente a mi y me induce a que impregne este pensamiento con el lapicero mas cercano que tengo, mientras veo a esa ciudad que nunca supo quien era, que nunca supo que escribí, que nunca supo que a pesar de haber ganado un concurso de cuentos a nivel de mi distrito me hace grande... ser escritor es mas terrible de lo que pensé y me doy cuenta de ello mientras recuerdo el momento que me acerque con mi propio libro sin plástico y arrugado casi por completo a la caja registradora y lo pague con mi dinero, la señorita cajera cuando hablo y “8 soles con noventa céntimos señor” yo sacando mi tarjeta de crédito para ver si pasaba algo, ¿por qué no agarra el que esta mas nuevo? Me pregunto, yo dije “normal, no tengo ningún problema”, al darle mi tarjeta y mi documento leyó mi nombre y paso la tarjeta, vio el libro y lo metió a la bolsa me dio el papel, firme aquí señor, gracias por su compra que tenga un buen día.
Aquí estoy con un libro descuidado, arrugado sobre mi escritorio que me costo mas de 1000 soles en publicarlo y que me costo 8 soles con noventa céntimos. Lo único que me conforma es que ahora soy dueño del único libro que el publico cogió para entretenerse, que leyó las primeras paginas para matar el tiempo y que nunca se percato de mi nombre ni saber de donde era, claro... si costaba 30 soles el nuevo y original.
Ahora veo porque mi hermana se compro uno en jirón Quilca en Lima y mal impreso con tapa plástica y fotografía de mi rostro fotocopiado, ahora veo porque nunca me llamaron los de la editorial para darme una cantidad determinada de dinero, ahora veo porque no aparecí en la relación de los mas vendidos en las librerías de Lima. Ahora veo porque los peruanos no ganamos un Premio Nobel de Literatura, ahora veo porque no me lo voy a ganar nunca. Para terminar, me doy cuenta de todo ello y mas cuando recuerdo a la cajera del supermercado, que vio el libro leyó el titulo y nombre del autor, vio mi nombre y todo en mis documentos, ahora veo porque puso rostro de extrañada cuando le agradecí al devolverme mi tarjeta.

28 de setiembre del 2006

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