viernes, 21 de septiembre de 2007

DESPUES DEL TIEMPO

Parecía que todo estaba siendo parte de un juego al momento en que dirigió la mirada hacia aquel cuadro en donde estaba retratada la sonrisa de Carmela y a su lado la seriedad de Catalina, una sonreía y la otra no. Se percato que en verdad las foto hacia una clara representación de la personalidad de la persona.
Prendió el cigarro en ese momento, felizmente la fiesta aun no había empezado, había sido el primero en llegar aquella noche de Noviembre, era 14 y justo se celebraba el cumpleaños de Carmela, eran ya sus 28 años, y aun no parecía que el tiempo pase volando por si misma, tenia el cabello rubio aun y esa mirada hermosa que no se cerraba para nada:
- Ponte cómodo mientras llegan los otros – le dijo en ese momento mientras entraba a la sala con una bandeja en sus manos.
Ignacio palideció por lo dicho y le mostró el cigarro que tenia sujetado entre sus dedos:
- Descuida puedes fumar, si quieres también puedes ir a la terraza – exclamo dejando la bandeja.
Camino un poco lento dirigiendo su mirada nuevamente a las fotos que había en ese momento:
- Que bellos tiempos ¿No? – exclamo Ignacio soltando un poco de humo.
- Maravillosos en verdad.
- ¿Por qué los sacaste?
- Porque como todos van a venir preferí que vean aquellas fotos que no sabían que existían.
Ignacio miro las fotos pero se quedo mirando aquella en donde estaba Carmela junto a Catalina, se dirigió a la terraza y empezó a fumar un poco mas lento de lo programado, caro que habían pasado tantos años desde aquélla vez en que se despidió de ella sin decirle un adiós, tan solo desde lejos dejándola con esa sonrisa que cubría la maldad que había hecho y que nunca nadie lo supo.
Ignacio de 17 años aun mirando sus libros de poesía buscando uno que declamarle mientras que Catalina en otro lado sonriendo y hablándoles de su querido enamorado.

Ignacio y Catalina empezaron su relación en Agosto del ultimo año de colegio, él se le había declarado en un paseo a una universidad, era tan bella en verdad y deseaba que sea parte de su vida en ese momento, a ella no le gusto mucho la idea en ese momento que le tocaba las manos, ese momento no pudo darle respuesta.
Tuvo que esperar tres semanas después, recién ella saliendo de su clase de Matemática el dijo que quería ser su enamorada y empezó a serlo desde ese día.
Sintió en ese momento como algo le quemaba las manos, era el cigarro que estaba aun prendido y soltaba humo en un hilo hacia el firmamento ¡Demonios! – grito. Hacerle recordar esos tiempos hacia que todo alrededor se pierda solo en ese instante.
Entro a la casa y vio a Carmela mirando hacia la ventana:
- Aun nadie viene ¡Que raro! - dijo un poco preocupada.
- Ya vendrán, no te preocupes.
Ignacio se acerco a las fotos y miro detenidamente a una en donde estaban toda su promoción, sonrió y Carmela se acerco:Los extrañas a todos ¿verdad?
- No se nada de ellos, quisiera verlos ahora. Dime, ¿sabes algo de ella? – dijo señalando la foto en donde estaba Catalina.
- Si, me comunique con ella hace unos días, y vendrá esta noche, me lamo en la mañana diciéndome que cancelo todo para venir.
Ignacio tembló, la vería aquella noche, seria ella quien lo vería, esa mujer que lo abandono para siempre en una noche después del cumpleaños justamente de Catalina. ¿Coincidencias?
Repentinamente sonó la puerta, Carmela salió disparada y se dirigió para ver, eran varios, Ignacio no sabia quienes eran, luego de estar tres años fuera del país se había olvidado de los rostros, pero ¿ellos se olvidaran de el?
Entraron cuatro muchachos y dos muchachas, saludaron a Carmela y le dieron regalos ¿quién seria Catalina?
El grupo vio a Ignacio parado acomodándose la camisa ¿Ignacio? Dijeron todos de golpe, fueron y lo abrazaron fuertemente las chicas lo llenaban de besos y los chicos de abrazos efusivos, Ignacio abrazo a todos sin siquiera recordarlos, luego miro bien los rostros, busco algún indicio para recordarlos, uno llevaba anteojos y tenia el cabello ensortijado, era Juan, no había duda, una chica linda de cabello largo con una sonrisa que alegraba a todos, se intimido un poco cuando Ignacio la miro fijamente, era tímida, claro era Jenny.
Otro muchacho llevaba mirada de tranquilidad y tenia los brazos cruzados viéndolo, era conocido, era muy conocido, Omar. La otra chica no pida ser Catalina porque no tenia el cabellos ensortijado ni ojos verdes como esa chica, era bajita, delgada era su amiga de siempre a la que sonrió y la abrazo con fuerza y diciéndole un pequeño ¡Ya!, si era ella, Matilde. Los otros dos no tenían que ser adivinados, eran casi parecidos a pesar de no ser gemelos eran hermanos, los fregados de la clase, Pedro y Pablo, los Ferré.
Todos se abrazaron y se sentaron mientras Carmela sacaba una botella de gaseosa y servia para todos, entre sonrisas y barullos alguien dijo entre todos:
- ¿Qué dice nuestro laureado amigo escritor?
Ignacio no necesito voltear a todas direcciones buscando a alguien en ese momento, sabia bien que se dirigían a él ya que había ganado el año antepasado el premio que tanto deseaba:
- Muy bien, muy bien felizmente – respondió.
- Déjalo, siempre ha querido ser como ese tal ¿Llargas Vosa? ¡Como sea!, siempre ha querido ser el mas premiado – dijo Juan Carlos.
- Mientras no rechaces el Premio Nobel podrás serlo – dijo Pedro Ferré.
Todos estallaron en carcajadas después de los dicho, Carmela llego con vasos y repartió entre todos, brindaron y la puerta volvió a sonar, entraron mas personas eran también de la promoción, ellos si podía saberse quienes eran porque tenían a pesar del tiempo las mismas caras: eran William, Anthony, Javier, Raúl, Katia, Lorena y Marlene, Isabel, Elizabeth todos en grupo y saludándose con todos y como lo anterior abrazando a Ignacio y preguntándole por el premio ganado.
Todo iba bien, entre música baile y preguntas llegaron las preguntas de Ignacio sobre que hacían actualmente:
Entre respuestas como Doctor, Profesor, Magíster, Administrador, Ingeniero, Postulante a la policía y Periodistas sonó la puerta.
Carmela abrió y todos voltearon a ver quien era. Hubo un largo silencio hasta que se abrió por completo, entro una chica de mediana estatura y mirada hermosa, todos se levantaron a saludarla, Ignacio se quedo sentado, mirando a todos lados esperando a que esa persona lo vea, esa chica que ahora era mujer, era Catalina.
Luego de todos los saludos, Ignacio se levanto y la miro, ella camino y vio repentinamente a Ignacio, las miradas se cruzaron y todos empezaron a fastidiarlos por ello, ya todos los sabían, claro había sido enamorados en el colegio.
Catalina un poco nerviosa sonrió y lo abrazo, Ignacio no se movió, ni soltó la copa de vino que tenia en su mano derecha, ella se aparto y se sentó junto a Carmela.

Toda la fiesta fue puro baile y chistes, conversaciones y anécdotas, todos vieron las fotos del colegio, era un momento de alegría, Ignacio vio la hora y decidió que ya era hora de irse, se levanto y fue a despedirse, un fuerte ¡NO! Cubrió la habitación, todos querían que se quedara, cerraron la puerta con llave y tuvo que quedarse ahí.
Se fue a la terraza a fumar y espero un rato hasta que lleguen las dos de la mañana, cruzo los brazos y vio directamente al cielo, recordó cuando con Catalina habían terminado hacia 11 años atrás, cuando vio todo ha unas cuadras de la casa de Carmela.
El recuerdo no se extendió ya que atrás de el sonaron unos pasos, eran los de Catalina que se acercaban tras el.
- No rompiste el juramento – dijo.
Ignacio la miro y apago el cigarro, trago saliva y la invito a sentarse:
- No te veo desde el ultimo día de clases, unos dos años después me fui y no volví a saber nada de ti.. ¿Estudiaste Ingeniería Física como me dijiste?
- No pude terminar – respondió Catalina un poco nerviosa.
- ¿Por qué?
- Porque (hizo una pequeña pausa y luego continuo), salí embarazada de mi enamorado.
Ignacio soltó un suspiro un poco fuerte, miro hacia todos lados y cruzo los dedos de sus manos:
- ¿Con él? – pregunto.
- Si, salí embarazada y al mes me abandono.
Ignacio prendió otro cigarro y se quedo quieto un momento, movió su cabeza cerrando los ojos, se levanto y miro hacia otro lado:
- ¿Por qué te abandono?
Catalina quedo en silencio, se aprecio en un momento como sus lágrimas salían y trato de limpiarse los ojos rápidamente para que no la vieran, Ignacio se imagino lo peor:
- ¿Como esta el niño? ¿El esta bien?
Ella no respondía.
- ¿El esta bien?
Ignacio sabia que algo pasaba porque lloraba de un modo muy fuerte, procuro que nadie la escuchase pero se apreciaba un lamento en sus ojos casi cerrados. Ignacio se levanto y camino hacia la puerta, volteo y la miro:
- Si no me hubieras engañado, si no me hubieras echo eso que tú sabes, tal vez ahora no estuvieras llorando así.
Ignacio salió y se despidió de todos, salió corriendo y tomo el primer taxi que vio, en el auto empezó a llorar y llego a su casa, prendió su computadora y comenzó a escribir algo que ni tiempo tuvo de releer, sus lagrimas caían hacia las teclas y se secaban al tocarlas con sus dedos velozmente. ¡Que mierda! – dijo.
A pesar de todo, de su cólera y su tristeza, ese amor que aun sentía por ella termino por convertirse en el odio que no había tenido desde aquel día de noviembre de hace 11 años.


10 - 01 - 06
De.- "El Fuego Frio"

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